Qué es la terapia del frío
También conocida como crioterapia, la terapia de frío es un tratamiento innovador en el que el cuerpo se expone a temperaturas de congelación de hasta -140 grados centígrados. Funciona reduciendo el flujo sanguíneo a una zona concreta del cuerpo mediante la constricción o el cierre de los vasos sanguíneos que transportan sangre a esa parte. Esto puede reducir significativamente la hinchazón y la inflamación que causan dolor.
El uso de la terapia de frío se remonta al 2500 a.C., pero fue modernizada por un médico japonés, el Dr. Yamaguchi, en 1978. Utilizó el tratamiento para tratar a pacientes con artritis reumatoide. En la última década, la terapia de frío ha ganado popularidad entre la gente, ya que creen que ofrece una amplia gama de beneficios que incluyen
- Reduce la inflamación.
- Refuerzo del sistema inmunitario
- Estimula la circulación sanguínea.
- Adormece la irritación nerviosa.
- Reduce el dolor artrítico.
- Alivia el dolor y cura los músculos.
- Pérdida de peso.
- Enfermedades reumáticas.
¿Por qué es tan eficaz la terapia de frío?
A diferencia de otras terapias como la terapia de calor, los médicos han demostrado que la terapia de frío es eficaz, ya que proporciona una rápida recuperación del dolor y la inflamación de los músculos. Además, los deportistas están adoptando la terapia de frío porque favorece una curación más rápida de sus lesiones. También se aplica en el sector sanitario como forma natural de aliviar el dolor entre los pacientes que padecen artritis.
Refuerzo del sistema inmunitario
La terapia con frío provoca la liberación de endorfinas, que reducen el nivel de cortisol en el organismo; esto hace que disminuyan los niveles de estrés y que aumente el buen humor asociado a una mejor inmunidad.
Además, durante la terapia de frío, la circulación sanguínea se eleva y la sangre rica en oxígeno se transporta desde la superficie a las partes centrales del cuerpo. Esto ayuda a eliminar toxinas del cuerpo y transportarlas al hígado, donde se eliminan.
La terapia de frío aumenta el número de glóbulos blancos y eleva los niveles de células antiinflamatorias. Estos glóbulos blancos son los responsables de aumentar la inmunidad del organismo y prevenir enfermedades.
